21 mar 2018

La Felicidad

20 marzo 2018

Hoy ha sido Sonia quien ha conducido la actividad, en torno al tema de la Felicidad.

Sonia comienza por lanzarnos tres acepciones de la definición, según la RAE:

  1. Estado de grata satisfacción espiritual y física.
  2. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz. 
  3. Ausencia de inconvenientes o tropiezos. 

A continuación nos lanza una pregunta: ¿Es posible la Felicidad o es imposible?
Hay bastante consenso en afirmar que es posible, pues son momentos de serenidad y tranquilidad. Somos felices con nuestras cosas, nuestra música, la familia, con los amigos, etc. En esos momentos en que estamos a gusto. 
También podemos alcanzar la felicidad en momentos en que ayudamos a los demás.
Otra cosa importante que han compartido es la idea de que tal como estamos nosotros mismos, lo transmitimos a los demás.

La siguiente pregunta que nos propone Sonia es: ¿Qué busco cuando busco la Felicidad? ¿Acaso buscamos la Felicidad?. Esto nos suscita nuevas reflexiones:
Parece que es eso lo que buscamos, pero en realidad buscamos otra cosa, buscamos una especie de "droga" que enmascara la felicidad... La Felicidad es más la consecuencia de hacer algo.
No podemos ser feliz siempre. La felicidad completa no es posible. Todo el mundo tenemos nuestros problemas, nos podemos evadir pero los problemas siguen ahí.
Busco sentirme bien conmigo. También busco sentirme bien con los demás.
Hay distintas ideas sobre si podemos ser felices solos o no, si necesitamos a los demás para ser felices o no. El estar bien parte de uno mismo, no hace falta estar bien con los demás.
Si estamos bien con nosotros mismos lo transmitimos a los demás y al revés: Es difícil estar con alguien que no está bien consigo mismo, la negatividad mina mucho las relaciones.

Alguien comparte que la Felicidad es como las mariposas, que las buscas, las ves, pero no puedes cogerlas, se te escapan. Sin embargo si te paras vienen a ti. Esto no significa que no haya que hacer nada, pero no hay que forzar.
Este nos lleva a preguntarnos si la búsqueda de la felicidad nos puede hacer infelices, ya que nos puede frustrar si no la encontramos.

Sonia nos lanza una nueva pregunta: ¿Cómo es uno más feliz: exigiéndose más o exigiéndose menos a uno mismo?. ¿Qué entendemos por “exigirnos”?
Aquí hemos tenido posturas muy diferentes e incluso contrapuestas, ambas tienen todo el sentido dependiendo del lugar desde donde se miren: la positividad y el estar bien con lo que se tiene o desde la superación personal. Estos han sido algunos comentarios:
Con menos podemos llegar a ser más felices. Ser muy exigentes con nosotros mismos nos puede producir infelicidad a la larga.
Es bueno exigirnos pues es una buena manera de mejorar: en lo laboral, en lo familiar, en lo personal.. Va unido a la adquisición de responsabilidad.
Exigirnos es obligarnos a conseguir algo, es ponernos objetivos y querer cumplirlos. La exigencia está mientras se intenta cumplir ese objetivo. Aunque no es bueno plantearse expectativas inalcanzables porque frustra.
Cuando te exiges a veces te sorprendes, das más de ti cuando lo intentas y cuando piensas que eres capaz. El problema está en aprender a no castigarnos cuando conseguimos nuestros propósitos, no vernos como unos fracasados.
Es cierto que a veces somos demasiado exigentes con nosotros mismos.

El tiempo va avanzando y Sonia nos lanza lo siguiente recogiendo de alguna manera lo dicho: Existe una cierta presión social hacia el hecho de que las personas tengamos que mostrarnos ante los demás constantemente alegres y “felices”. Se nos bombardea a menudo con mensajes que reclaman de nosotros que hemos de ser positivos, que hemos de ser optimistas, etc. cuando en ocasiones una causa de infelicidad puede ser precisamente el de mantener expectativas demasiadas elevadas sobre lo que nos va a suceder o lo que nos vamos a encontrar.
Y nos pregunta ¿Nos educan para ser felices? ¿Nos imponen cuales son las claves para ser felices?
Esta pregunta suscita comentar que efectivamente de alguna manera esta sociedad nos invita a "tener" cuanto más mejor para ser más felices, sin embargo eso depende de nosotros mismos.
En cuanto a la tristeza es un sentimiento natural, estar triste no es tan malo. Es más, que nos pasen cosas negativas pueden derivar en algo bueno, aunque en ese momento para nosotros sea algo incierto.
Entonces y en esta línea Sonia nos plantea ¿Los momentos no-felices merecen la pena?
Todo lo que nos pasa, los momentos felices e infelices, hacen que seamos como somos. Aprendemos de todo lo que nos pasa y nos hace crecer. En general si merecen la pena, pues todo pasa por y para algo, y nos hace crecer como personas.
La Felicidad viene de la capacidad de adaptación a los cambios.

Para terminar Sonia ha elegido esta canción




Después de terminar nos hemos enterado que justo hoy ha sido el "Día Internacional de la Felicidad", según la ONU. ¡Qué casualidad!




También añadimos este texto de Nietzsche sobre este tema



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